Ayer por la tarde visitamos el fondo antiguo de la Biblioteca del Rectorado de la Universidad de Sevilla, una auténtica joya al alcance de cualquiera que desee disfrutarla y a sólo un click para pedirlo.
No soy sevillana, pero sí de por aquí cerca, y desconocía por completo el patrimonio que allí se atesora, al igual que en otros archivos y bibliotecas de la ciudad y que me he dispuesto visitar cuando disponga de algún tiempo. Nada más llegar, me llamó la atención la temperatura ambiente: algo más alta de lo que sería recomendable por un neumólogo. Se respiraba diferente. Todo era diferente. Sin ánimo de ser ñoña, paracía que se abría una puerta hacia la Historia: el ver todos esos libros que han pasado por tantas manos y por tantas cosas antes de estar ahí te hace sentir muy pequeña, y pensar en cómo han podido llegar hasta nuestros días sufriendo lo que han sufrido.
El punto de encuentro fue la sala de investigación del fondo antiguo. Se comenzó la visita hablándonos de la historia de la biblioteca y de un par de libros que usan como referencias bibliográficas, entre ellos, el de Anguita Piñal, donde aparecen las obras impresas y manuscritos del XVIII: autores, bibliografía, relación de manuscritos, relación de impresos etc.
Pasando ya a una sala un tanto más interior, se nos mostró una serie de libros a cuál más curioso:
- El primer de ellos tenía una encuadernación holandesa: con el lomo de piel y el resto de la cubierta en papel sobre cartón (aunque tambíen podía ser de tela, por ej). Se trataba de un libro de 1784, o, mejor dicho, de un volumen de la enciclopedia de Diderot con unos grabados increíbles.
- El segundo libro era del s. XVII, con una encuadernación en pergamino de piel de vaca y con forrados por cubierta de pasta: "Atenciones y meditaciones sobre los evangelios". Se trataba de un libro guía para artistas que trabajaban en motivos religiosos.
- El tercer libro databa del s. XVIII, y era una encuadernación de pasta española en cuero con jaspeado en temas castaños y bordes dorados. Se trata de una edición bastante lujosa de una bibliografía de Nicolás Antonio, impreso en 1787 por el editor más importante del momento: Joaquín Ibarra.
- El cuarto libro era una encuadernación en pergamino, ya reencuadernado, de un volumen que recoge ciertos sucesos de la época. Databa de 1625, y podía considerarse como un precursos de la prensa de hoy día, en la que podemos incluso percibir la manipulación política e intervención de los poderes en cada uno de los sucesos.
- El quinto era una edición de poemas de Catulo del s. XVIII, muy pequeñito: Elcebirio. Una maravilla.
- Los libros sexto y séptimos nos fueron mostrados juntos. El primero era un índice de libros prohibidos de 1632. Desde el naciomiento de la literatura, ha habido libros prohibidos, y, desde que Lutero y Calvino escribieron, los suyos fueron censurados. En el volumen se nos muestra el nombre de los autores prohibidos, y las obras que no había que leer, así como autores que sólo tenían censurados alguna obra. Un libro realmente curioso, y, aprovechando la coyuntura, se nos explicó los tipos de censura que se llevaban a cabo en la época y el procedimiento. Impresionante.
- El séptimo libro databa de 1540, y estaba restaurado en madera. El título y el autor estaban en el corte, ya que, hasta hace unos siglos, lo slibros se colocaban al contrario que hoy día, cosa que desconocía por completo.
- El octavo libro, del s. XVI, era el Teatro de la Tierra Universal de Harterio. Es el primer atlas que se basa en fundamentos científicos, hecho por encargo de Felipe II, en una edición de 1587. Mostraba mapas cartográficos muy precisos.
- El noveno libro era del s. XV, y se nos mostró por ser un incunable de 1493 paradigma de la letra gótica, impreso en Nunemberg.
- El décimo libro era otro incunable, esta vez italiano, de 1460. Aquí se puede ver el cambio de la letra gótica a la redonda clásica. Se trata de una novela, El sueño de Polifilo. El libro se nos muestra como una obra maestra de maquetación.
- El undécimo libro era del s. XV. Se nos explicó, en este punto, que la biblioteca cuenta con 330 incunables y 1000 manuscritos, aunque la mayoría de ellos poco relevantes. En cambio, sí se cuenta con ciertos códices de interés, como el que se nos mostró, de 1430, y donde se aprovechó para hablarnos de los tipos de pautados, de letras, etc.
- El duocécimo libro era...¡EL SEGUNDO VOLUMEN DE UNA BIBLIA DE GUTEMBERG!Se nos explicó que no era el ejemplar más vistoso, pero aún a mí me pareció simplemente alucinante.
Y con esto acabó nuestra visita, aunque a mí personalmente me supo a poco el tiempo que pasé allí por el motivo que comenté antes: ¡el estar entre tantos libros, cada uno con su historia, me parece una experiencia increíble!
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