jueves, 17 de diciembre de 2009

Bases de Datos

Las bibliotecas ofrecen hoy día mucho más que libros: las nuevas necesidades hacen que incluso este mercado vaya evolucinando en pos de una mayor accesibilidad de la información y a la publicación. Es por eso que el concepto de documentarse en una biblioteca haya pasado del libro clásico al formato electrónico. Hoy día, la mayor parte de la información de calidad se encuentra en formato electrónico, y más concretamente, en artículos de revistas de corte científico. La gran cantidad y especificidad de estas revistas, junto con su perioricidad las hacen muy atractivas para los investigadores como fuente de documentación y publicación. Un libro siempre tendrá unos criterios de edición y salida al mercado mucho más rígidos que un artículo, y más cuando la revista está disponible en formato digital.

Las bases de datos aglutinan toda esta información tan necesaria para la documentación científica de cualquier trabajo, por lo tener acceso a ellas y saber usarlas correctamente se hace imprescindible para cualquier persona que tenga intención de publicar de manera ortodoxa y docta. A través de ellas tenemos acceso a recursos electrónicos tales como artículos, resúmenes de ponencias, libros electrónicos, etc. Y cada una de ellas está especializada en una materia (aunque también puede hacerlo en varias), ofreciendo unas búsquedas relacionadas con otras áreas de conocimiento en la mayor parte de los casos. En el campo de las Humanidades, podemos mencionar algunas como JSTOR, la del CSIC, o, ISI, todas ellas con un interfaz bastante atrayente y con usos muy intuitivos que permiten búsquedas tanto sencillas como avanzadas por palabras clave, autor, título y materia.

Es evidente que el mundo está cambiando, google se queda corto y abarca una información demasiado superficial para aprovecharla científicamente en la mayoría de los casos y es necesario saber manejar toda esa información que se encuentra recogida en los catálogos de las bibliotecas y en las bases de datos para poder documentarse correctamente y elaborar producciones científicas con rigor y solidez.
Aunque la mayoría de estas bases son de pago, podemos tener acceso a través de la página web de nuestra universidad, con lo que hay que manejarse bien dentro de ellas y hay que saber aprovechar la oportunidad de poder acceder.


domingo, 13 de diciembre de 2009

Cómo buscar en bases de datos y no morir en el intento

Cualquier persona que aspire a llevar a cabo un trabajo científico de calidad ha de estar familiarizada con las bases de datos, fuentes actualizadas de toda información científica. Independientemente de que sepamos valorar la calidad de los documentos consultados para extraer o no de ellos la información que nos sea precisa para validar, basar o documentar nuestros estudio, hemos de tener presente que bucar en una base de datos puede ser tan fácil o tan difícil como nosotros deseemos.

En primer lugar, hay que saber delimitar muy bien qué es lo que buscamos e introducir en el buscador palabras clave que definan los parámetros con los que queremos trabajar. Los primeros resultados que encontremos no tienen por qué ser los que más se ajusten a nuestra búsqueda ni mucho menos, son simplemente los que están más citados, más enlazados o más clickeados. Por eso es importante hacer una buena selección de los documentos para poder descartarlos o seleccionarlos. Las bases de datos tienen una opción de "guardar en el clipboard" o simplemente "guardar". Con esto, lo que conseguimos es ir "apartando" los artículos que nos van pareciendo más interesantes para poder volver a ellos con más tranquilidad. Claro que también podemos imprimir los títulos con el autor e incluso el resumen. Además de introducir esos conceptos clave, es importante fijarse en los artículos que nos han aparecido como resultado porque de ellos podemos evidenciar una serie de sinónimos en nuestra búsqueda en los que quizás no habíamos caído, y, con ellos, dar un nuevo giro en el buscador, lo que nos reportará, casi con toda seguridad, mayores beneficios en la búsqueda. Ni que decir tiene que en las búsquedas hemos de prescindir de términos generales así como artículos y conjunciones: si las introducimos, nos aparecerá cualquier documento que las contenga.

Así pues, lo más idóneo es introducir nuestros criterios de búsqueda con términos lo más ajustados posible a nuestra búsqueda, y, si el búcador cuenta con boleanos, usarlos. Si ponemos los términos entre comillas, el buscador rastreará las palabras exactas. Si incluimos uno o varios términos mediante "y", aparecerán ante nosotros los documentos que integren los diferentes conceptos usados en la búsqueda. Si por el contrario usamos "or", el buscador discriminará entre unos y otros términos y hará búsquedas por separado por cada uno de ellos. Es importante nombrar con acierto lo que pretendemos buscar, y saber usar ciertos "trucos" como poner la raíz de la palabra seguida de asterisco para que se abran ante nosotros todo un abanico de posiblidades combinatorias de búsquedas del lexema.

Las bases de datos manejan tanta información que lo más acertado sería hacer un acercamiento a cada una de ellas en particular. Muchas de ellas ofrecen tutoriales con los que un@ se puede familiarizar con su funcionamiento, pero claro está que la mayoría de nosotr@s decide obviar este paso para tratar de realizar un uso del buscador mucho más "intuitivo". En este sentido, la Universidad de Sevilla dispone, dentro de sus recursos electrónicos, de algunos tutoriales para usar las más importantes y usadas bases de datos, como, por ejemplo, Pubmed.

Las bases de datos permiten búsquedas por conceptos claves, por autor, por títulos, materias etc etc. El cómo buscar una información ante tantas posibilidades disponibles sólo puede respondernos la experiencia. Así que, animémosnos en esto de encontrar información, que, como la vida, no es más que una "incansable búsqueda".

viernes, 4 de diciembre de 2009

Saber qué es lo que se lee

En una sociedad tan mediatizada como la nuestra, si se quiere, se puedes estar al corriente en el momento de cuanto acontece a nuestro alrededor. Pero, ¿cuánta de esta información es verdad?¿Sabemos realmente discernir entre un bulo y la realidad? ¿Qué culpa de todo esto tienen los medios? En la última semana, hemos visto cómo se ha apaleado mediáticamente a un supuesto maltratador y violador de una niña en Canarias. Si ni siquiera los que están obligados a contrastar la información no lo hacen, ¿qué hay que los demás?

Una guía rápida sobre cómo valorar la información obtenida en la web la podemos obtener en http://planalba.pbworks.com/f/CMIListaCriteriosEvaluarFuentes.pdf y en http://www.eduteka.org/profeinvitad.php3?ProfInvID=0009. Lo primero que tenemos que hacer cuando nos encontremos ante este tipo de situaciones es hacernos preguntas, justo de lo poco que no solemos hacer: ¿Se ajustan los contenidos del documento a lo que busco? ¿El autor o la entidad son relavantes, conocidos? ¿Cuál es la fecha de la página? ¿Se actualiza? ¿Se puede contrastar la información? ¿Hay propaganda en la página? ¿La información es pertinente, clara, exacta, prudente, imparcial, clara, lógica, aporta algo  y es profunda? etc etc.


Además de enseñar en los colegios, institutos y universidades a buscar información y a usar las webs para obtener información, también se debería fomentar una actitud crítica ante dichas informaciones y una base de jucio ético y científico para valorar si esa información es pertinente, relevante, útil y fiable para lo que necesiten estudiar o usar en ese momento. Esperemos que actividades como el Congreso Educared, celebrado en Madrid durante los días 26, 27 y 28 de Noviembre suponga un punto de partida para que el profesorado no sólo enseñe y use las Web 2.0, sino que también fomenten algo que está muy perdido en nuestro mundo: el crecimiento de mentes pensantes que aporten no sólo asentimiento a la información que reciben, sino que también sepan valorarla, modificarla, mejorarla y por qué no, incluso crearla.